Cuenta la leyenda que hace mucho, mucho, mucho, pero que mucho tiempo existía en un lugar muy, muy, pero que muuuy lejano, una familia que la conocían por la familia de los "Lanzas", hijos de "Juan el Roto".
Pues Juan, aunque era muy bueno, no tenía dinero, ni casa, ni comida por lo que vivían al aire libre y comían de lo que encontraban aquí y allá.
Un día dijo: "voy a hablar con Dios, le pediré que nos "construya" un lugar bonito, con una casa para no mojarnos cuando llueva y comida para no pasar hambre".
Entonces fue hacia lo alto de una montaña, cerró los ojos y dijo muy bajito: "te pido Señor que nos ayudes y nos lleves a mi familia y a mi a un lugar tranquilo..bonito..y que podamos recoger comida de la tierra".
Entonces Dios conmovido le contestooooó, "Te llevaré a un sitio muy pequeño, pero muy especial, allí hay muchas palmeras, para cobijarte del sol, un valle entero, hay lava, pero la enfriaré para que no se quemen y con esas piedras, que salen del mismo corazón de la isla, podrás cosechar y de ella saldrán sus frutos.
Hay viento, pero sirve para refrescarse, los Alisios y sobre todo hay tranquilidad".
Entonces Juan se armó de valor y le suplicó a Dios nuevamente qué hacer, cómo prosperar y éste le extendió su mano y a sus pies aparecieron troncos, lianas y...poco a poco empezó a prosperar, y a llegar nuevas familias.
Adivinan cómo se llama aquella isla.
LANZAROTE
Espero que les haya gustado
Nos vemos entre líneas
