Gotas de tinta

sábado, 27 de julio de 2019

Cuento gris

Hola chicos, ¡buenos días!, feliz sábado, ya llegó por fin el fin de semana y hoy les traigo un pequeño cuento que escribí hace unos años y que fue finalista, ¡FINALISTA!😊, en el concurso de cuentos de la Fundación MAPFRE.

Este concurso es a nivel internacional y este que les presento quedó finalista a nivel internacional y tercer puesto a nivel nacional...no está mal ¿no? 😊.

Cuento gris

Soli vive con su peculiar familia, en el planeta Gris, en lo más alto de la montaña más gris, en la casa más grande de color gris, con muchísimas habitaciones cuadradas y grises.
Su madre se llama Dari y su padre simplemente le llaman Dad.
Todo en ese planeta es gris, hasta la comida, y lo más importante, todo es de Dad: las casas, los valles, las flores, las fábricas grises...
Un día Soli estaba jugando con un telescopio y se fijó en algo que no había visto antes, al lado de su planeta encontró algo raro, no era gris, era de colores: verdes, azules, naranjas, violetas...corriendo llamó a Dad y a Dari...Inmediatamente el padre se enfureció al saber que algo no era suyo y emprendieron el viaje para conquistar y pintar de gris el planeta vecino.
Los recibieron con unas muecas en la cara, se llamaba sonrisa y les daban palmadas en la espalda. ¡Qué se han creído!, decía Dad y Dari, al contrario de Soli, que aquello le resultaba agradable. Luego les explicaron que esas palmadas era una especie de saludo.
Esas gentes estaban vestidos de manera estrafalaria, con ropas de colores, los cabellos estaban alborotados y eran muy, pero que muy pobres..
A medida que se conocían la familia entera experimentaron algo extraño desde el ombligo..el color gris estaba saliendo de su estómago y se estaban pintando de colores: la cara, sus ropas, hasta el pelo que todos lo llevaban grises se volvió amarillo, rojo, canelo...y el mal humor característico de Dad y de su mamá Dari fue cambiando a aquella mueca que hacían todos cuando llegaron, SONRISA.
Pero algo faltaba, los zapatos seguían grises, y en la parte donde se supone que está el corazón quedaba una mancha gris que no se borraba, una pequeña tristeza y angustia sentían todos...todos menos Soli que estaba completamente pintada de color.
Los habitantes les ofrecieron lo poco que tenían, su poca comida, su poca ropa y una litera para dormir los tres.
¡Eran pobres!, dijo al fin Dad, eso es dijeron todos. Claro que les costó entender que lo que les faltaba era que les ayudaran a prosperar, ellos no conocían la pobreza en su planeta pues eran inmensamente ricos.
Al día siguiente Dad y su madre Dari hicieron un acuerdo con los habitantes para comenzar a fabricar tiendas, dar trabajo y escuelas para todos y sin darse cuenta se pintarion los zapatos de unos colores brillantes preciosos.
A partir de ese día los planetas se unieron y compartieron colores y alegrías.

Espero que les haya gustado. Nos vemos entre líneas